The Calisto Protocol, la última decepción AAA de 2022

Cada vez está sucediendo más el “síndrome de los primeros 2 años de una consola” en la cual la tecnología gráfica es tan espectacular que los juegos son mucho espectáculo y poco y nada de sustancia. La única excepción a esta regla es Nintendo que pese a sus consolas de hardware viejo parece haber caído en el esquema de “sacar cualquier cosa de baja calidad solo por el dinero” siendo su víctima más actual Pokémon. Pero volviendo a lo importante, el caso de Xbox X (No tanto su par la Xbox S que sería su One Pro tácita si no fuese porque ya tiene el OS de la X), PC y PS5 es bastante preocupante: venimos de una tirada de juegos AAA que parecen más tech demos de larga duración para explotar la capacidad gráfica de la consola. Es muy similar al caso de PS4 que estrenó la consola con cosas como The Order 1886: mucho gráfico, una historia más o menos y un gameplay no muy robusto. The Calisto Protocol repite esta lamentable premisa: alucinantes gráficos, una historia mediocre y un sistema de combate con una extraña identidad que en principio parece ser profundo pero al final de la campaña se vuelve trivial y monotemático. De hecho la dificultad máxima no hace más que ser más molesta que difícil, un espacio donde no mejora la IA sino el daño recibido y las oleadas de monstruos generando así una dificultad artificial. En general la dificultad máxima sólo requiere que memorices los spawns y los jump scares baratos que terminan en QTA seguidos de peleas que pierden efectividad. El juego es tan gore y ridículo en su acción que sus cualidades de terror se diluyen en la nada misma. Para cualquier jugador experimentado de juegos de terror o incluso cosas como DOOM el juego no tiene ningún impacto, intenta ser body horror con todo el gore que se sucede en pantalla pero al final del día una sobreexposición a algo hace que pierda toda efectividad. De hecho otro de nuestros testers se divirtió más encontrando maneras tontas de matar al protagonista que de los enemigos en sí. Además el juego está plagado de checkpoints lo cual hace que morir tampoco tenga el mismo impacto, basta un continue y ya estás jugando de nuevo el mismo segmento haciendo que morir no genere ningún nerviosismo. Esto es lo que han entendido franquicias como Resident Evil que aún limitan los save y los checkpoints a puntos muy específicos. Nadie quiere volver a jugar la última hora de juego, es cierto, pero al mismo tiempo… si morir no genera un castigo verdadero el jugar bien no tiene ningún premio. El sistema de upgrade de armas no es nada del otro mundo aunque es divertido ver una impresora 3d de metales creando partes para un arma, sin duda un guiño creativo a la tecnología actual.
Respecto de la historia, se intenta generar un misterio, un por qué nuestro protagonista es una de las pocas excepciones que no son afectadas por lo que sea que sucede en la prisión de Calisto. Sin embargo, hay tantos personajes con plot armor que nuestra propia existencia está tan acompañada que realmente nunca se siente miedo. La fórmula es simple y es siempre: ir de punto A al punto B, poca exploración, bastante lineal, ir de A a B nos genera una escena con otro personaje, un punto de upgrade o una sección de Stealth y los enemigos se reparten en los caminos entre puntos. Las primeras horas tampoco ayudan, perdemos más tiempo deslizándonos en sistemas de ventilación como si de Metal Gear se tratase que están ubicados en lugares totalmente arbitrarios sólo para ser una excusa de conexión entre un segmento y el otro. Lamentablemente The Calisto Protocol no sobrevive a la prueba de comparación con Dead Space -juego del cual es un teórico sucesor espiritual- ni mucho menos con las bestias sagradas del género. Tememos por Silent Hill 2 pero esperamos que Final Fantasy XVI termine con esta racha de juegos vistosos y con nada más que ofrecer. No sabemos qué pensar de Forspoken después de la muy mala demo que sacaron a fin de año. ¿Qué nos depara 2023? Solo queda esperar.